Cuando alguien sufre tanto acaba muriéndose por dentro, tú sigues siendo tú, pero no volverás a ser la persona que solías ser, cambia tu personalidad, tu carácter, tu manera de ver la vida, etc. Te conviertes en lo que nunca te imaginaste que serías, muere tu persona, mueres tú. Te da asco todo, la gente, la comida, incluso tú misma.
Empieza una nueva etapa de tu vida que tú sabes que precisamente no será un camino de rosas. Comienzan tus obsesiones enfermizas, tus ganas de quedarte en casa aislada y tirada en la cama, durmiendo o simplemente intentando descansar de tanto desgaste, tu falta de interés en lo que antes sí te interesaba. Prefieres dormir que seguir pensando y esperas que algún día no despiertes más.
No te encuentras con fuerzas para afrontar el día a día, pero nadie lo va a hacer por tí, así que te levantas cada día pensando que será diferente, en cambio se repite lo mismo una y otra vez.
Mel
Comentarios
Publicar un comentario